viernes, 20 de noviembre de 2009

El puente de Couceliñas


El puente de Couceliñas está situado sobre el río Mao, entre las parroquias de Pradomao y Piedrafita, poco antes del inicio del profundo cañón que forma el río al desembocar en el Sil. Fue descubierto para la civilización en mi artículo “Vía romana de Astorga a Orense por el castro Litoria”, publicado en el número XXV del Boletín Auriense, en 1997, pero la civilización no se ha dado por aludida. Han pasado doce años y ningún organismo, público o privado, ha hecho nada por este importante monumento del pasado, que como se aprecia claramente en las fotos, se cae literalmente a pedazos. La única diferencia que yo veo en estos doce años, es que ahora forma parte de una ruta de senderismo, y por eso su acceso está limpio de maleza.

Desconozco quien lo ha incluido en una ruta de senderismo, pero sin ánimo de causar alarma, me parece un poco temerario que así haya sido (y creo que lo mismo le parecerá a cualquiera que se sitúe debajo de él y mire hacia arriba). Este puente necesita una remodelación antes de poder ser usado con total tranquilidad; necesita que alguien que tenga poder para ello, se acuerde de él y haga algo por su conservación. Quien eso haga, estará haciéndolo por una parte de la historia de Galicia; pues aunque no aparece en documentos escritos (o al menos yo no los he localizado, pero quizás haya algo en la documentación completa del Monasterio de Montederramo, que espero que el profesor Ramón Lorenzo Vázquez publique alguna vez), se trata de un puente históricamente importante, como en esta y en otras entradas del blog señalaré.

Para empezar, sus medidas no son las de un puente ordinario. La anchura de su bóveda es de cuatro metros y medio, y esto lo hace excepcional entre los puentes medievales de Galicia. En efecto, de la información proporcionada por Carlos Nardiz Ortiz en la página 200 de su libro “El territorio y los caminos en Galicia”, se deduce que salvo el puente de San Francisco de Ribadavia, ningún otro es tan ancho como él.

¿Qué camino o caminos acordes con la importancia que su anchura le concede, pasaron por este puente? ¿Cuáles justificaron su construcción?

En la página 340 del libro de Emilio Duro Peña sobre el monasterio de San Esteban de Ribas de Sil, aparece una carta foral del año 1407, en la cual se habla de un camino de Castro Caldelas a Orense pasando por la parroquia de Santiago de Cerreda: “Vos aforamos o nosso lugar de Casdende, que e suu syno de Santiago de Çerreda, de lo camino que ven do Castro de Caldelas para Ourense afondo como ven por la pena de Çernada a dereito o porto de Casdende por u pasan as bestas e os carros afondo contra Çerreda e contra Giestosa”. Este es uno de los caminos de los que formaba parte nuestro puente. No es el único: hay otro más antiguo y posiblemente más importante, pero ese otro es más complicado de tratar y nos ocuparemos de él en una entrada posterior del blog, reservando la presente para el que acabamos de mencionar.

Distinguiremos cuatro tramos: de Orense a San Esteban de Ribas de Sil, de San Esteban a Caxide, de Caxide al puente de Couceliñas, y del puente de Couceliñas a Castro Caldelas.

El primer tramo lo recorrió el Padre Sarmiento el día 15 de diciembre de 1745, a la vuelta de su primer viaje de Madrid a Galicia, dejándonos su itinerario: Orense-Castadón-Puente de Castadón (sobre el río Loña)-Pereiro de Aguiar-Prexigueiró-Llanada del Carpazal y Ermita de Nuestra Señora-Faramontaos-Eiradela-Luintra-Viduedo-San Esteban.

El siguiente tramo es el que se usaba para ir del monasterio de San Esteban al de Santa Cristina de Ribas de Sil, y el que las gentes de los pueblos de Viluje, Cerreda, Villar de Cerreda, etc., conocen aún hoy como “Camiño Real”. Desde San Esteban, va por Loureiro y Villar de Cerreda, y a continuación por Alberguería y Cerreda, aunque de estos dos lugares pasa retirado, a unos 200 metros. Sube después por el medio del pueblo de Viluje y llega hasta Caxide, desde donde aparta un ramal a la izquierda hacia el monasterio de Santa Cristina.

Desde Orense hasta Caxide sigue de forma aproximada la dirección de la actual carretera de Orense a Parada del Sil (construida en torno a 1924), aunque apartándose completamente de ella entre Prexigueiró y Faramontaos y entre Loureiro y Viluje. A partir de Caxide, abandona totalmente esa carretera, girando a la derecha: Requián- Teimende-Fiós-Forcas-Puente de Couceliñas.

El último tramo: Couceliñas-Castro Caldelas, es el único que puede presentar alguna duda (concretamente en las proximidades del puente), así que iremos paso a paso.

Saliendo del puente por la margen derecha del río, había en épocas recientes (y aún hoy, pero cubiertos por la maleza) dos caminos: uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. El de la derecha serpentea por la ladera de la loma que hay enfrente del puente, hasta subirla, para continuar después hacia Praducelos. El de la izquierda, por su parte, era el que en épocas recientes (digamos hasta la década de los 70 del siglo pasado) usaban las gentes de la margen izquierda del Mao para dirigirse a la zona de Castro Caldelas. Sigámoslo.

A la salida del puente va circundando el monte por la izquierda, subiendo primero, llaneando después y bajando finalmente hasta el regato Avelaibas, que ya está en la otra vertiente. El regato es de poco caudal y, salvo en época de crecidas, lo atravesaban los carros sin necesidad de puente alguno. A partir de aquí comienza a subir hacia A Veiga das Cruces, que es un descampado 700 metros al norte del pueblo de A Veiga (según señalización en la carretera) en el que hay una depuradora de aguas. Prosigue hacia el Este coincidiendo un pequeño trecho con la carretera de La Teixeira a Sistín, abandonándola en un sitio llamado Pazos, al lado de un poste de tendido eléctrico que tiene un transformador. Sigue luego recto, dejando a la izquierda los pueblos de Quintela de Abajo y Quintela de Arriba, y continúa por Val de Meixide y Agro de Quintela, y por Casa del Monte y Aguil, a Castro Caldelas.

El único inconveniente que tiene el trayecto que se acaba de indicar, se refiere al trozo comprendido entre el puente de Couceliñas y el regato Avelaibas. En su mayor parte está inaccesible por la vegetación, pero desde A Veiga das Cruces se puede llegar (o se podía al menos en 1995, que fue cuando yo estuve allí recogiendo datos para el artículo antes citado), retrocediendo el camino, hasta la última parte y examinar la bajada hacia el regato Avelaibas. Se aprecia entonces no sólo que el camino actual es muy estrecho, sino que, por el estado que presenta la ladera del monte, es imposible que haya podido sobrepasar los dos metros de ancho en ninguna época pretérita. Además, los vecinos de los pueblos cercanos, coinciden en señalar que ese trozo, sobre todo la subida a la salida del puente, era dificilísimo para el paso de los carros. Todo eso es incompatible con la importancia del puente y del camino de Castro Caldelas a Orense, así que debemos abandonar la hipótesis de que dicho camino saliese del puente hacia ese lado. Pero la salida hacia la derecha, para subir a Praducelos, no tiene tampoco ningún sentido.

Afortunadamente hay una tercera posibilidad. Existe entre las dos lomas que forman el monte de la margen derecha del río, una encañada que está casi exactamente en frente del puente, y que aunque no pasa desapercibida, es imposible acceder a ella por la maleza que cubre esa zona. Pero en el verano de 1995, un incendio había despejado en parte el lugar, y pude llegar a él subiendo desde el regato Avelaibas. Lo que vi allí me resultó un poco desconcertante al principio. Aunque hay paredes transversales delimitando propiedades, también hay claros indicios de que la encañada ha sido ensanchada artificialmente, y tiene amplitud suficiente (más de cuatro metros) para que por allí pasase el camino que estamos tratando. La pendiente de subida desde el puente es muy pequeña, y la pendiente de bajada hacia el regato es suave al comienzo, pero se llega a un punto (a unos 150 metros del arroyo), después de haber salido ya de la encañada, en que el descenso se hace vertiginoso (pendiente del 30% o más), haciendo inviable seguir por allí. Pero la continuación está, afortunadamente, clara: en ese mismo punto se puede girar a la derecha, por unos prados en cuya pendiente sobre el arroyo aún no se ha borrado del todo la franja horizontal por la que con toda seguridad iba el camino, y prácticamente en llano, alcanzar el regato unos pocos cientos de metros aguas arriba. Allí habría seguramente un pequeño puente (una pasarela), del que no se conservan vestigios, y a continuación, siguiendo por donde ahora están los prados de la otra vertiente, también en llano se llegaba al camino antes mencionado, a poca distancia ya de A Veiga das Cruces.

Ahora que la descripción del recorrido del camino entre Orense y Castro Caldelas está completa, daré un par de datos en apoyo del trazado indicado entre Caxide y Castro Caldelas (tan discrepante de la actual configuración de carreteras de la zona). En primer lugar, este era el camino que seguían, hasta hace menos de cincuenta años, los vecinos de Cerrada, Viluje, etc., cuando llevaban su ganado a la feria de Castro Caldelas. En segundo lugar, no nos debe inducir a error la pretensión de ciertos autores (expertos en inventar caminos sin moverse de su despacho) de continuar el camino antiguo, desde Caxide, por Parada del Sil hacia la ribera: Chandrexa-Sacardebois-San Lorenzo-Cristosende-La Teixeira-Ivedo-Castro Caldelas. Fácil es convencerse de que este no es el trayecto adecuado: no hay más que ver las innumerables vueltas, con subidas y bajadas continuas, que necesita la actual carretera para salvar los profundos valles que forman los sucesivos arroyos antes de despeñarse en el Sil. Además, donde hoy está la carretera desde Parada del Sil a Sacardebois, no había aún en 1914, en palabras de Joaquín Arias Sanjurjo (ver su artículo “Una excursión a la Ribera Sagrada”, pag. 50) más que “un estrecho camino abierto en la ribera del Sil”. Y para imaginarse el estado real de dicho camino, es suficiente la siguiente noticia que las gentes de Forcas oyeron contar a sus mayores: cuando se construyó la fábrica de la luz de Barjacova, que aún puede verse en la margen izquierda del Mao en las proximidades de su desembocadura en el Sil, se llevaron allí los materiales, no por Parada del Sil o Castro Caldelas, sino que fue preciso bajarlos desde Forcas por la zona de San Víctor; incluyendo las turbinas, en un "carretón" construido al efecto.

Digamos, ya para terminar, que el camino de Castro Caldelas a Orense que acabamos de describir, no fue sólo un “Camiño Real”, sino realmente un camino de reyes. De la colección diplomática del libro de Duro Peña antes citado, se sigue que el rey Alfonso IX de León, estuvo varias veces en el monasterio de San Esteban de Ribas de Sil, y la única ruta por la que desde León pudo haber llegado a ese monasterio, es la que hemos indicado. En la actualidad, ya en muy pocos sitios conserva ese camino su configuración primitiva, pero donde esto ocurre, se aprecia claramente su importancia. Circulando, por ejemplo, por la carretera de Orense a Parada del Sil, en la primera curva después del arroyo de San Esteban se le ve subir paralelo a la carretera durante unos 200 metros por el exterior de la cerca del convento. Está totalmente empedrado, y su anchura no baja de los tres metros y medio.

Déjeseme finalizar con la esperanza de que el puente de Couceliñas tenga con el presente escrito, más suerte de la que tuvo con el de doce años atrás, y alguien haga algo por su conservación antes de que sea demasiado tarde. © Antón Rodicio 2009.

5 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu trabajo, encontrar este blog es todo un tesoro.
    Para los que hemos venido a vivir aquí la curiosidad nos puede y a veces es difícil encontrar fuentes donde informarse.
    un saludo
    Manolo

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  2. Gracias a ti. El interés de los lectores y su amor por esta tierra, son la mayor recompensa para el autor de este blog.

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  3. Boas,
    buscando buscando, atopamos boa informacion sobre as nosas terras e as dos nosos pasados.

    Hemos de falar

    Saúdos

    Juanjo Garcia Rodicio

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  4. Tonio, esto forma parte de nuestra historia, no la estudiamos en libros de texto, pero estaba hay.
    Y con tu aportacion, lo seguira estando.Pero ahora de forma que todo el que quiera, tenga acceso a ella.
    Muy buen trabajo.
    Un abrazo .

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  5. Gracias, Miguel, por este comentario, por la ayuda que en alguna entrada del blog posterior a esta (en la cual queda convenientemente reflejado) me has prestado, por tus ánimos... Entre todos, autores y lectores, de este y de otros blogs, cada uno aportando su grano de arena, iremos haciendo retroceder la oscuridad que aún se cierne sobre la historia, las leyendas, los misterios y las curiosidades de esta maravillosa tierra que nos vio nacer.
    Otro abrazo para ti.

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